Tito el Bambino hizo delirar a miles de fanáticos la tarde del domingo en la ciudad de Guapis. El artista fue el invitado especial de un evento radial que se lleva a cabo anualmente para cerrar la temporada veraniega y darle la bienvenida al otoño. Los asistentes, que esperaban desde tempranas horas del día, recibieron mediante las bandas sonoras del país saludos y motivación de parte del rapero vía telefónica. A su arribo a San José el intérprete de "Caile" abordó una guagua junto a su equipo de trabajo para cruzar por dos horas la Reserva Natural Costarricense. El vehículo se convirtió más tarde en su camerino personal y el de sus bailarines. En el trayecto tuvo la oportunidad de repasar su "run down" así como aprender algunas palabras nativas para deleitar a sus seguidores. Aprovechó para alistarse y dar lo mejor de sí en escena.
Una vez en Guapis, el tapón fue la orden del momento. Miles de personas a pie, provenientes de todas partes del país, así como en sus vehículos y otros en transportación pública se dieron cita al lugar. Sudados, pero con ansías de disfrute recibieron al rapero con vítores y frases de halago. Cuando avistaron el vehículo en el que arribaba al lugar no dejaron de gritar y por supuesto, no le quitaron los ojos de encima. De hecho tanto fue el furor, al estilo Menudo en su época de gloria, que comenzaron a mover la guagua en busca de ver, aunque fuese por el cristal, al vocalista. Tito, de muy buen humor, saludó a todos y se dirigió hacia la tarima que temblaba con el poder del bajo de su reggaetón.
Inició su jornada de entretenimiento al ritmo de "Caile" y "Flow natural". Esta última la repitió en varias ocasiones por pedido de la audiencia. La misma tiene un estribillo donde alude a "una morena, baila morena" lo que encendió a todos los que lo conocían por el tema "Baila morena" que grabó y popularizó cuando pertenecía al dúo Héctor y Tito. El artista aprovechó la oportunidad para hacer un alto y agradecerle a Dios la oportunidad que le permitía de estar entre "tanta gente linda". También se dirigió al público y le pidió un aplauso para "el más grande", en alusión al Todopoderoso. En ese momento las ovaciones se intensificaron y acto seguido el espectáculo continuó. Interpretó además dos baladas al ritmo del reggaetón para calmar los ánimos y al retornar con un tema movido se lanzó del proscenio.
Esta gestión fue un tanto heroica porque tuvo que volver a su posición de inmediato debido a que la seguridad no podía controlar el furor de la audiencia y todos querían tocar, besar y hasta jalar al Bambino.
Asistido por uno de sus bailarines dio un salto, casi titánico, y regresó a su puesto. Pero esto no minó los ánimos del artista que lucía tan entusiasmado como sus seguidores. Continuó su presentación, bailó, enloqueciendo a sus seguidoras, y de vez, aprovechó para agradecer el apoyo costarricense a su propuesta musical. Una y otra vez repitió "Top of the Line" título de su primer disco como solista.
Todos se contagiaron con el ritmo y sobre todo la energía que afloraba del escenario. Tanto así que el equipo de entretenimiento de los organizadores, compuesto por bailarines y modelos, imitaban cada paso que ejecutaba Tito y sus bailarines con el fin de emularlos y hasta aprender tendencias novedosas en términos de baile.
El show parecía no concluir porque cada vez que el artista se despedía la audiencia pedía más. Tito salía y los volvía a conquistar con sus letras. Una vez finalizado, protagonizó una sesión de entrevistas con la prensa del país. Le preguntaron de todo, desde su nombre de pila hasta sus gustos personales y con muy buen humor contestó. Se retrató con los periodistas, que se tornaron un tanto faranduleros, y con los organizadores y amigos de éstos. Una vez finalizado el evento partió hacia San José para al día siguiente regresar a Puerto Rico. Una vez en su Isla se internaría en el estudio de grabación para laborar en unas composiciones inéditas que tiene pendiente.
No comments:
Post a Comment