Tuesday, 21 November 2006
Si “La última noche”, según se titula la más reciente propuesta fílmica para televisión del equipo productor compuesto por Vicente Castro y Jorge Luis Ramos, revela las ansias de un joven cantante del reggaetón que aspira a triunfar decentemente por sus propios méritos en los medios del espectáculo a su alcance; de otra parte surgen, como fuerzas negativas la envidia, los rencores y las venganzas del pasado como impedimentos para que este tierno talento aflore.
En la película descrita como ficción, filmada con gran realismo en la urbanización pública Castellón de Caguas, se teje una suerte de convergencias entre el bajo mundo, la policía y los politiqueros quienes ocupan y secuestran el caserío a mansalva. Lo que se ven y mencionan son escenas entre los políticos —hasta de la Legislatura— campeando por su respeto, vis a vis una mafia in situ; y una policía ausente por ejercer justicia en una tierra de nadie. De hecho, no se ven niños en la película.
La historia central dibuja el amor entre “Juliana”, interpretada con naturalidad por Christie Miró y “Roberto”, Tito “El Bambino”, en una actuación sorprendentemente espectacular que marca el pathos del filme hacia un final trágico y predecible como pasaría entre dos personajes condenados a nunca ser felices. Como contrafiguras están “Vanesa” a cargo de la cantante Glory, en otra actuación respetable; y del también cantante Naldo, interpretando cabalmente al maleante “Tito”. Sus actuaciones proveen un estilo cinema-verité abandonadas de tecnicismos, clichés y estereotipos.
Los mejores momentos son precisamente el concierto que el personaje de “Roberto” ofrece, revitalizando la acción con un reggaetón en instantes que indican que su éxito es inminente, hasta que surge el siniestro personaje Junior Alvarez, “Papote”, condenándole a muerte. Todo parece una historia sin final feliz donde todos quedan atrapados entre el vicio, la poca presencia de valores y el abuso.
“La última noche” cuenta con otras buenas actuaciones con Jerry Segarra como “Ezequiel”, Juan Carlos Betancourt en el papel de “Bombillo”, otro maleante; Kidany Lugo quien hace del político “Miguel Conde” y Amalia Cruz como “Ana María”, una ama de casa sufrida. Intervienen además Virginia Romero, Aniel, Maribel Quiñones y José Cruzado.
Destacan también en la ficha técnica, el debut como guionista de Luis Carlos Robles; la fotografía de Yadit de Brito; el sonido de Jorge Ferrá; y la dirección de Castro, quien nuevamente se interna en ese Puerto Rico urbano de la violencia, las drogas y el abuso de poder, no sólo el de las clases dominantes, sino las que copian las clases más orpmidas.
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